Hola,

soy Manuel Taboada

y me gustaría que supieras un poco más sobre mí...

Manuel Taboada psicólogo cognitivo-conductual Madrid

Mi historia empieza en una casa de clase media en donde contaba con todas las comodidades que un crío de mi edad podría desear. Sin embargo, en ese hogar había otra clase de problemas. Supongo que como en muchas otras familias. Tal vez como aquella en la que tú te criaste.

La realidad es que existía una falta de salud mental y emocional de la que entonces no era consciente. Mi madre sufría una fuerte depresión y mi padre estaba empeñado en querernos a base de trabajar durante horas y horas. Uno de mis hermanos empezó a tener problemas. Fue diagnosticado de bipolaridad, un problema que afecta al estado de ánimo. Yo ya era un preadolescente que me hacía muchas preguntas. La adolescencia y, sobre todo, la primera juventud, fueron épocas un poco grises. Busqué un sentido a mi vida y al mundo en el que vivimos, topándome con muchas experiencias.

Entonces no lo sabía, y nunca fui diagnosticado, pero he comprendido que aprendí un estilo de pensamiento depresivo.

"Sufrí una distimia (una “pequeña” depresión crónica) que guió mis acciones y determinó mis éxitos y fracasos en la vida durante dos décadas. No me recuperé hasta que acepté mi propia vulnerabilidad y fui atendido por un psicólogo"

Hoy comprendo cómo fue mi propio pensamiento depresivo el que me cerraba las puertas al amor, al dinero y al placer. Lo busqué en otros lados y por todas partes, pero no me daba cuenta de que, donde tenía que haber buscado, era dentro de mí. Desde entonces me he dedicado a la auténtica aventura de vivir, aceptando el dolor y esforzándome en cambiar sólo lo que de verdad está en mis manos cambiar. Asumiendo, así, la responsabilidad elegida de llevar a cabo la misión con la que he propuesto comprometerme:

Ayudo a las personas que pasan por una crisis vital a encontrar sus propias fortalezas personales y un sentido a sus vidas, a reconocer el poder que sí tienen para convivir, con dignidad, con las dificultades que la vida les traiga, convirtiendo lo doloroso en un motor para su crecimiento.